dilluns, 3 de juny del 2019

El Ayuntamiento de Blanes lleva años intentando evitar que viertan salmueras industriales en una de sus playas 3/6/2019

Preocupación por el posible vertido de aguas residuales de unas químicas en la Costa Brava
La Vanguardia 3/6/2019

6 El Ayuntamiento de Blanes (Girona) lleva años intentando evitar que viertan salmueras industriales en una de sus playas

Imagen de la playa de S’Abanell de Blanes (LV)

Hace ya unos cuantos años que el Ayuntamiento de Blanes (Girona) intenta frenar la posibilidad de que varias empresas químicas del polígono industrial Mas Puigvert, ubicado en el pueblo vecino de Palafolls (Barcelona), viertan de manera sistemática sus aguas residuales en la playa de S’Abanell. Y todo ello por el peligro que, esgrimen, conllevaría si algunas sustancias peligrosas acabaran vertidas también en este enclave de la Costa Brava por accidente.

Las compañías, que cuentan con la autorización de la Agencia Catalana del Agua (ACA), presentaron en su día una demanda contra el consistorio gerundense por la negativa de este último a otorgar la licencia de obras para la construcción de la cañería que permitiría verter las salmueras industriales (aguas residuales con una alta concentración de sal) en la costa de Blanes. Y hace poco más de una semana, el ayuntamiento de este municipio presentó la contestación a la demanda. Ahora tendrá que ser el Juzgado del Contencioso-administrativo nº 2 de Girona el que falle en favor de unos u otros.

El Ayuntamiento de Blanes mantiene un pulso con unas empresas químicas de un pueblo vecino para evitar que éstas viertan sus aguas residuales en esta playa (LV)

S.A. Robama, Menadiona S.L. e Infar S.A. son las firmantes de la demanda, aunque las dos últimas se han retirado recientemente. Desde hace años, y todavía en la actualidad, estas empresas vierten sus salmueras al mar a través de la depuradora de Pineda de Mar (Barcelona). El problema es que estas aguas residuales contienen una alta concentración de sal que condiciona el correcto funcionamiento de la depuradora. Es por ello que el gestor de la instalación, el Consell Comarcal del Maresme, les advirtió de que deberían buscar una alternativa, y ahí apareció la opción de la playa de S’Abanell de Blanes.

Se da la circunstancia de que en este enclave de la Costa Brava es donde se ubican los puntos de captación de agua marina y posterior vertido de sal de la desaladora de Blanes. Entre el primer punto, que se encuentra a unos 500 metros de la arena de la playa, mar adentro, y el segundo, situado a unos 350, hay unos 400 metros de separación. Pues bien, lo que pretenden las químicas es trazar una cañería desde sus instalaciones hasta el emisario de la desaladora por el que se vierte al mar la sal sobrante del proceso. Y aquí es donde el Ayuntamiento de Blanes identifica toda una serie de potenciales perjuicios.

Los dos puntos señalados sobre el mar corresponden al lugar donde verterían las aguas residuales (el más próximo a la arena) y al punto de captación de agua marina (que acaba convirtiéndose en agua de boca) de la desaladora de Blanes (Generalitat de Catalunya)

“Las posibles incidencias, en forma de vertido de sustancias peligrosas, en el proceso productivo de las industrias químicas representan un alto riesgo para la salud de las personas, el medio ambiente y el sector turístico de Blanes”, explica a La Vanguardia Pepa Celaya, concejal de urbanismo (ahora en funciones tras las recientes elecciones municipales) del consistorio gerundense. “En industrias químicas como estas, el nivel de peligrosidad es extremo”, añade.

Celaya advierte de que la distancia entre el punto donde se verterían las aguas residuales y el de la captación de agua de la desaladora “es muy corta” (con lo que un posible vertido de sustancias peligrosas podría ser captado por esta instalación), y recuerda que la desaladora de Blanes da servicio a más de diez municipios, entre ellos a la ciudad de Barcelona.

Conflicto en la Costa Brava
¿Qué necesidad tenemos nosotros de convertirnos en un vertedero?”
PEPA CELAYA Concejal de urbanismo en funciones del Ayuntamiento de Blanes

Desde el Ayuntamiento de Blanes lamentan que se haya pensado en la playa de S’Abanell, con los riesgos que conlleva, cuando todo se reduce a “un problema de dinero”. Entienden que la solución más lógica sería que las mismas empresas hicieran un pretratamiento de las salmueras para rebajar su concentración de sal y así poder seguir utilizando la depuradora de Pineda. El problema es que esa solución, como ha reconocido la misma ACA a esta redacción, tiene un alto coste económico. “¿Qué necesidad tenemos nosotros de convertirnos en un vertedero?”, se pregunta Celaya. “Esto en Europa sería inadmisible”, agrega.

El consistorio gerundense teme también que, una vez fuera efectiva la conexión, “otras industrias del polígono se podrían enganchar, con lo que la playa de S’Abanell de Blanes podría convertirse en el vertedero de las químicas de Palafolls”. Efectivamente, según reza en el proyecto técnico presentado por las compañías, la actuación específica podría servir para “ampliaciones de las mismas industrias” o para que en un “futuro puedan conectarse otras empresas”.

Blanes teme convertirse en el 'vertedero' de las industrias de un polígono vecino (LV)

Celaya esgrime que “ahora, al menos, [las aguas residuales] pasan por la depuradora de Pineda”, una instalación pública, pero en el caso de que el proyecto de las industrias saliera adelante “irían directas al mar” a través de una conducción sobre la que “el ayuntamiento no tendría ningún control”.

De momento, el ayuntamiento ha frenado el proyecto de las químicas esgrimiendo razones urbanísticas. Argumentan que los terrenos por los que tendría que pasar la cañería son suelo no urbanizable con doble catalogación: zona agrícola de especial protección e área natural, paisajística y cultural protegida.

Motivos de la denegación

Este es uno de los puntos que más desconcierta a Robama. La empresa explica, en un comunicado que ha hecho llegar a este diario, que el consistorio de Blanes le denegó en primera instancia la construcción de la cañería “aludiendo sin fundamentación técnica alguna al hipotético riesgo del proyecto para el medio ambiente así como para el sector turístico de Blanes”.

Sin embargo, y después de que el consistorio acabara estimando sus alegaciones “ante la flagrante arbitrariedad –arguye Robama- de dicha denegación”, el ayuntamiento volvió a denegarles el proyecto “aludiendo por primera vez en tres años a la pretendida infracción de la normativa urbanística”.

El ayuntamiento gerundense argumenta razones urbanísticas para frenar el proyecto (LV)

Es por todo ello, esgrime la compañía, que “dado el sorprendente cambio de criterio del Ayuntamiento de Blanes”, la empresa no tuvo “más remedio que interponer recurso contencioso-administrativo contra la denegación de la aprobación municipal del proyecto”.

El consistorio, por su parte, optó por blandir razones urbanísticas (y no medioambientales) “porque es más asumible” para ellos. Esgrimen que “la cuestión medioambiental necesita de unos análisis que son complejos” y que el ayuntamiento “no tiene la capacidad ni técnica ni económica para ir a buscar a un especialista”.

Vertido de aguas residuales
Ellos tienen sus depuradoras, sí. ¿Y qué garantías tenemos de que están en funcionamiento permanente y de que depuran lo que tienen que depurar?”
PEPA CELAYA Concejal de urbanismo en funciones del Ayuntamiento de Blanes

Fue en 2012 cuando la ACA dio su aprobación al vertido en la playa de S’Abanell entendiendo que “era factible hacerlo en el mar, que no provocaría un impacto y que por supuesto no representaba un peligro para nadie”, relata a La Vanguardia Diego Moxó, adjunto a la Gerencia para la Coordinación Territorial de la ACA.

Moxó recuerda que cuando se solicita un permiso para efectuar un vertido a un río o al mar, “la normativa de agua es muy clara”. La empresa, relata, “tiene que presentar una declaración de vertido en la que se diga las sustancias presentes en sus procesos industriales”, y aquellas que los interesados no declaran “no las pueden verter”.

“Inspecciones puntuales”

Este argumento, sin embargo, no tranquiliza al consistorio de Blanes. ¿El motivo? Que son las mismas empresas quienes controlan lo que vierten. “Ellos tienen sus depuradoras, sí. ¿Y qué garantías tenemos de que están en funcionamiento permanente y de que depuran lo que tienen que depurar?”, se pregunta la concejal de urbanismo en funciones. “Los autocontroles analíticos trimestrales que proponen son del todo insuficientes para garantizar la calidad de estos vertidos”, añade.

Moxó admite que serían las mismas empresas las que efectivamente depurarían sus propias aguas residuales y que la función de la ACA quedaría circunscrita, como es habitual, a hacer “inspecciones puntuales”.

Receptivos

En este sentido, Robama asegura que dispone “de una planta depuradora que permite tratar las aguas residuales de la empresa y minimizar las sustancias contaminantes que se vienen vertiendo al mar a través de la red de alcantarillado municipal y de la depuradora de Pineda”.

Ya en su día, cuando las empresas obtuvieron el visto bueno de la ACA para el vertido, el Ayuntamiento de Blanes presentó alegaciones, pero fueron desestimadas “porque se consideró que la autorización estaba suficientemente fundamentada”, recuerda Moxó. Sin embargo, en encuentros posteriores, los responsables de la ACA se mostraron receptivos a las preocupaciones expuestas por el consistorio.

Antecedentes de contaminación

“Nos vinieron muy preocupados, y nosotros les entendimos, y eso que teníamos claro que desde el punto de vista técnico no tenía que haber ningún problema y que no tenía por qué afectar [el vertido] a la captación de agua de la desaladora”, rememora el responsable de la ACA.

Desde este organismo entendieron la postura del ayuntamiento porque, entre otras cosas, en el municipio hay antecedentes de episodios de contaminación en su red de agua potable. En 2005, la empresa química Cray Valley Ibérica S.A., ubicada en Sant Celoni (Barcelona), fue condenada a indemnizar al Ayuntamiento de Blanes por haber contaminado en 1996 los acuíferos del río Tordera, de los que se abastece la población, con dioxanos y dioxolanos, sustancias potencialmente peligrosas para la salud.

Expediente de revocación

Las reuniones entre ayuntamiento y ACA dieron como resultado el inicio de un expediente, por parte de este último, para revocar la autorización del vertido en la playa de S’Abanell. “Pero claro –subraya Moxó- desde un punto de vista de seguridad jurídica, la ley regula unos supuestos para revocar una autorización”.

Para motivar la revocación, desde la ACA argumentaron que había expirado el plazo otorgado a las industrias para ejecutar la obra. Pero éstas alegaron que el proyecto no había sido finalizado por la negativa del Ayuntamiento de Blanes a otorgar la licencia de obras, lo que había derivado en la interposición de un contencioso contra el consistorio.

Hoy no se daría el permiso

Es por todo ello que el expediente de revocación está ahora mismo, en palabras de Moxó, “en suspense”. “Al estar el procedimiento en vía judicial, nosotros, como administración, hemos decidido esperar a la resolución del contencioso”, añade. Eso sí, subraya que viendo las preocupaciones que expone el ayuntamiento, la ACA “reconsideraría” dar el visto bueno al vertido si tuviera que tomar hoy una decisión, “pero no por un tema de preocupación técnica, sino por una cuestión de sensibilidad social”.

Si el Juzgado del Contencioso-administrativo nº 2 de Girona falla en contra del ayuntamiento, éste tiene intención de llevar el caso al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, que es la última instancia. “Si no nos dan la razón, lo removeremos todo para que nadie se atreva a consentirlo”, concluye Pepa Celaya.

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En ningun momento estas empresas han participado de las actividades de la Taula de la Tordera... en donde deberian convencer de la bondad de su proyecto. El delta de la Tordera debe gestionarse desde la Taula basandose en una gestion por ecosistema.