dijous, 28 de juny del 2018

Encara que la mona es vesteixi d'ECO, mona es queda 28/6/2018

Territoris Singulars hace 18 horas
Els alumnes del curs Economia Verda i Cooperativisme de visiten amb l'Ander de els vivers de la de Palafolls

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A les planes agrícoles de la Tordera els hivernacles i els vivers, per molt ECO que es vulguin pintar, són una de les principals amenaces i agressions recents a la biodiversitat i al paisatge a que s'afronta aquest espai natural... Això no és ni verda ni agricultura😏... Tela!

Hi ha un error en el tuit, no és viver, és una finca convertida a la gestió ecològica fa vora una dècada. En custòdia, 4ha, 2 de les quals són bosc i matollar, 1 hortícola “descoberta” i 1 hivernacle. Realitzant accions de regeneració del sòl i de potenciació plantes acompanyants

No vull fer sang però: "En Palafolls, compraron una pequeña finca inculta, que con años y esfuerzos, han ido rompiendo y mecanizando hasta transformarla en una pequeña explotación familiar de regadío, mitad a cielo raso y mitad cubierta con invernaderos."

En aquesta dècada "de custòdia"... Què heu millorat en biodivestitat, paisatge o lo que sigui? Gràcies.

Maria Riera, empresaria agrícola
Infonomia.com 31/5/2006

La Maria Riera es hija de Mataró, de estirpe labradora.  Como los orígenes marcan, hace unos años ella y su marido plantaron raíces en Palafolls (Alt Maresme.). Desde entonces, trabajan y viven de la tierra.

En Palafolls,  compraron una pequeña finca inculta, que con años y esfuerzos, han ido rompiendo y mecanizando hasta transformarla en una pequeña explotación familiar de regadío, mitad a cielo raso y mitad cubierta con invernaderos.

Rábanos y acelgas

Érase una vez un labrador de secano al que sembrando cebada se le apareció el genio de la lámpara. Como el genio era también de secano, adusto, avaro y poco dado a generar grandes expectativas, le concede un único deseo.

El labrador, entusiasmado por su buena suerte, le suplica: “a partir de ahora quiero dos cosechas de cebada al año”. Y así le fue concedido: dos cosechas por año, ¡pero con años de veinticuatro meses!

Moraleja: siempre que pidas un deseo a un sabio, gnomo o genio, hay que leer la letra pequeña.

Hoy, agua y tecnología han suavizando las restricciones naturales sobre los rendimientos de la tierra. Un ejemplo, en la explotación familiar de Maria pueden llegar a recoger ¡hasta diez cosechas al año de rábanos y acelgas!


“Nos hemos especialidado en el rábano holandés y las acelgas, nos encontramos cómodos con esta clase de cultivos. Son cosechas de ciclo rápido y diversificamos el riesgo. Si perdemos alguna o pillamos un periodo de precios bajos, no pasa nada. Es aquello de no poner todos los huevos al mismo cesto”, enfatiza Maria.

Y me explica como este rábano holandés — un recién llegado a nuestra mesa — se ha ido imponiendo en los mercados y desplazando a la homónima variedad local que cada día registra menor demanda.


“Es una lástima. Compramos por la vista. Queremos este rábano tan bonito y de rojo tan intenso, reluciente y encerado. Ha tenido tanto éxito que todas las otras variedades autóctonas  de diferentes medidas, formas, colores y gustos prácticamente han desaparecido.  Cosa que también ha sucedido con otras variedades de frutas y verduras”, sostiene Maria.

Agua, fertilizantes y electroválvulas

Este pequeño ecosistema agroproductivo se basa en la automatización del sistema de riego. Mangas y válvulas que funcionan cual arterias que conducen, por parcelas e invernaderos, el apreciado fluido hasta aspersores que lo difuminan como pequeña lluvia sobre las verduras. Red y líquidos también se aprovechan para distribuir fertilizantes y otros componentes fitosanitarios.

“Años atrás , era impensable este sistema de electroválvulas que permiten regar cuándo y cómo quieres”, señala Maria.

Tecnología que hace el trabajo más fácil, incrementa la productividad y ayuda a conciliar familia y trabajo en un sector siempre tan incierto como el agrícola.

“Hemos pasado de labradores a empresarios agrícolas. Hemos invertido y tecnificado. Ahora el mayor rendimiento de estas explotaciones lo necesitamos para pagar estas inversiones y su mantenimiento. Lo hemos conseguido aunque también hemos entrado en el consumismo”, concluye.