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Las cofradías del Maresme creen que dragar el fondo marino es caro e inútil
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Playa de Arenys de Mar sin arena tras el último temporal. Foto: FEDE CEDÓ
FEDE CEDÓ
MATARÓ
La reciente visita del secretario general del Mar del Ministerio de Medio Ambiente, Juan Carlos Martín Fragueiro, para dar respuesta a las zonas del Maresme más afectadas por los temporales y su afirmación de que las playas estarán en condiciones para el baño antes de verano, ha soliviantado a los pescadores, que auguran que se volverá a regenerar la arena extrayéndola del fondo marino.
Para los pescadores una nueva extracción de arena (que sería la novena desde 1986) en las costas del Maresme "constituye un delito ecológico flagrante" que no dudarán en denunciar ante el fiscal de Medio Ambiente "e incluso llegar hasta Bruselas si es preciso", afirma Mauricio Pulido, patrón mayor de la cofradía de pescadores de Arenys de Mar, y Ramon Tarridas, presidente de la Associació d'Armadors d'Arts Menors de Catalunya. Ambos son miembros de la plataforma en defensa del medio natural marino que integran las cofradías, el sector pesquero y deportivo y entidades ecologistas.
El representante de Medio Ambiente se comprometió a elaborar un estudio del litoral para hallar una solución definitiva a la pérdida de arena. La fórmula no se ha decidido, pero los pescadores avisan que "la solución no es volver a destruir el fondo marino" perjudicando al sector pesquero, "sino otras fórmulas, como la construcción de espigones sumergidos", sugiere Pulido.
El elevado coste de cada regeneración resulta para los profesionales de la pesca "insultante". El sistema de un barco-draga que aspira arena del fondo y la vierte en las playas no impide que los temporales de Levante (el 70% de los que afectan al Maresme) vuelvan a llevarse la arena. Según Pulido, la última regeneración que se efectuó en la costa de Cabrera de Mar, en el 2005, "con un millón de metros cúbicos abocados, tuvo un coste de 6,4 millones de euros". La playa ya ha desaparecido.
VEDAS AUTOIMPUESTAS
Desde el punto de vista ecológico, el dragado del fondo "provoca la desertización irreparable" con graves daños a la flora y la fauna. Tarridas asegura que "cada vez dragan más hacia el interior y la arena que expulsan es más fina", por lo que "también aumenta la extensión de zonas sin ningún tipo de vida".
Los profesionales no están dispuestos "a sufrir más agresiones" y recuerdan que los pescadores ya defienden el medio natural. Los mariscadores del Maresme se autoimponen vedas de 18 meses, sin percibir subvenciones, para permitir la regeneración de especies que, como la almeja, están en peligro. "No dejaremos que nuestro esfuerzo sea inútil", concluye Pulido.
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