Un estudio reconstruye el #clima de la península ibérica de los últimos 700 años y desvela su acentuada variabilidad climática https://goo.gl/KmN6E1 @ICTJA_CSIC
Un estudio reconstruye de forma precisa el clima de la Península Ibérica de los últimos 700 años
CSIC 16/1/2018
Investigadores del CSIC participan en este estudio, que ha permitido conocer la evolución del calentamiento climático peninsular desde el año 1300, y demuestra la elevada variabilidad climática que ha habido durante este periodo.
Recuperación de testigos sedimentarios de la laguna Cimera (Imagen: Santiago Giralt)
La pequeña edad de hielo, el período frío más importante del hemisferio norte desde finales del siglo XIV hasta el XIX, se alargó en la Península Ibérica del 1300 al 1850, según revela un nuevo trabajo que ha contado con la participación de los investigadores del Instituto de Ciencias de la Tierra "Jaume Almera" (ICTJA-CSIC) Santiago Giralt y Armand Hernández, y de los científicos del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) Fernando Domínguez y José Maria García Ruiz.
La investigación, publicada en la revista Earth Science Reviews, ha sido liderada por Marc Oliva, investigador Ramón y Cajal del Departamento de Geografía de la Universidad de Barcelona. Los resultados, que han permitido reconstruir el clima de la Península Ibérica desde el año 1300 hasta la actualidad, ponen de manifiesto la acentuada variabilidad climática durante este periodo y evidencian la alternancia de fases frías y cálidas.
La investigación presenta la síntesis más precisa realizada hasta ahora de la evolución del clima peninsular de los últimos 700 años para contextualizar este periodo frío y su evolución posterior, y se basa en el análisis de diversas fuentes históricas y registros naturales (comportamiento de las glaciares, sedimentos de los lagos, anillos de los árboles, etc.).
En el estudio han participado investigadores del Departamento de Historia Moderna y del Departamento de Geografía de la Universidad de Barcelona, así como expertos del Servicio Meteorológico de Cataluña, la Universidad de Oviedo, el Museo Nacional de Ciencias Naturales, la Universidad de Zaragoza, la Universidad de Lisboa, la Universidad de Santiago de Compostela, la Universidad de Granada, la Universidad de Valladolid y el Instituto de Historia del CSIC.
Los investigadores del ICTJA-CSIC se encargaron de realizar la síntesis de lo que se conoce sobre la pequeña edad del hielo a partir del registro sedimentario de los lagos de alta montaña de la Península Ibérica.
EL PERÍODO FRÍO MÁS PROLONGADO DE LOS ÚLTIMOS 10.000 AÑOS
Los resultados del estudio han permitido describir la evolución climática peninsular del período conocido como la pequeña edad de hielo, «que es el periodo frío más prolongado e intenso de los últimos 10.000 años», explica el investigador Marc Oliva. Los autores del trabajo se han centrado en el estudio de las zonas de montaña, las áreas menos afectadas por la actividad humana, y han recopilado e integrado todas las evidencias que había sobre el clima de los últimos 700 años en la Península Ibérica.
Si bien la intensidad del frío y sus implicaciones eran conocidas en otras regiones del continente europeo, no se conocía la traslación al conjunto de la Península Ibérica ni cómo había afectado a los ecosistemas naturales. «Una de las principales novedades del estudio es demostrar la elevada variabilidad del clima durante esta fase fría con una mayor recurrencia de eventos climáticos extremos (olas de frío, nevadas, sequías, inundaciones, etc.). Se sabía que era un período más frío que el actual, pero no sabíamos que había tenido tanta variabilidad ni con tantos episodios extremos con repercusiones decisivas en la vida diaria de las sociedades de la época», destaca el investigador.
Episodios de inundaciones extremas como los registrados en el levante peninsular en noviembre de 1617 o en la fachada atlántica en enero de 1626 implicaron la pérdida de cosechas, la destrucción de caminos y puentes, así como graves daños a la economía. Las recurrentes olas de frío comportaban un aumento de la mortalidad e incluso determinaron cambios en la dieta diaria en las sociedades del noroeste peninsular. Además, las bajas temperaturas a menudo iban acompañadas de nevadas que desencadenaron aludes catastróficos, como la gran nevada de 1888 en Asturias.
El impacto se puede apreciar especialmente a través de la gran cantidad de fondos documentales de donde se ha extraído la información climática, como por ejemplo documentación administrativa municipal, dietarios, crónicas, libros de memorias, expedientes de obras públicas, planos y mapas o informes de daños por riesgo climático.
AUMENTO TÉRMICO DE 1 °C POR CAUSAS NATURALES
El estudio también ha permitido cuantificar el calentamiento climático y evaluar su magnitud durante los últimos 700 años. Según los investigadores, el incremento de temperatura experimentado desde el inicio de la Revolución Industrial es de aproximadamente 1 ° C, el mismo aumento que fue por causas naturales desde la fase más fría de la pequeña edad de hielo (1675) hasta los episodios finales, que coinciden con el inicio de la actividad industrial humana.
«El aumento de la temperatura desde el inicio de la actividad industrial (1850-2017) es de aproximadamente 1 ° C, un aumento similar al registrado desde las fases más frías de la pequeña edad de hielo, alrededor de 1675, hasta el inicio de la era industrial. En este caso, sin embargo, el aumento se produjo de manera natural, sin injerencia antrópica, por una serie de factores relacionados con la actividad solar, erupciones volcánicas, etc.», subraya Oliva.
Estos resultados, según los autores, invitan a ser cuidadosos a la hora de relacionar de manera reduccionista cualquier fenómeno vinculado a la variabilidad climática con el concepto de cambio climático. «El clima responde a muchas variables, de las que no se conoce bien qué comportamiento tienen, y el grado de incertidumbre científica se desprecia», remarca el investigador, y lo ejemplifica con la fusión acelerada de los glaciares de los Pirineos: «los registros naturales nos dicen que los glaciares pirenaicos son un fenómeno anómalo en los últimos 10.000 años, que sólo había tenido en fases muy puntuales. Ha sido más habitual ver unos Pirineos sin hielo en verano que no que conserven hielo de manera permanente. Y esto ha ocurrido durante milenios en que no había afectación humana sobre el clima. Por lo tanto, la desaparición de los glaciares del Pirineo estaría ligada al calentamiento natural del final de la pequeña edad de hielo, que al mismo tiempo estaría potenciado por el calentamiento debido a los gases de efecto invernadero ligados a la actividad humana», concluye.
«Sólo entendiendo mejor cuál es la respuesta de los ecosistemas en el pasado podemos anticipar qué puede pasar en el futuro», acaba Marc Oliva.
Artículo de referència
Oliva; M.; Ruiz-Fernández, J.; Barriendos, M.; Benito, G.; Cuadrat, J. M.; García-Ruiz, J. M.; Giralt, S.; Gómez-Ortiz; A.; Hernández, A.; López-Costas, O.; López-Moreno, J. I.; López-Sáez, J. A.; Martínez-Cortizas, A.; Moreno, A.; Prohom, M.; Saz, M. A.; Serrano, E.; Tejedor, E., Trigo, R., Valero-Garcés, B. i Vicente-Serrano, S. (2018). «The little ice age in Iberian mountains», Earth Science Reviews, 177: 175-208.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada